Desde que nacemos nuestro cerebro empieza a tener características de un hemisferio dominante, ya sea derecho o izquierdo.
La mayoría de la población Colombiana es diestra y tan solo un pequeño porcentaje es zurdo, por lo cual no es raro ver que todo a nuestro alrededor este diseñado para los diestros.
Así mismo nos vamos acostumbrando a hacer todas las cosas para el mismo lado y esos músculos se van adaptando a siempre estar acortados.
Hagamos un ejemplo:
Suelte el computador, tablet o celular donde esté leyendo este artículo un segundo y crucé los brazos, habrá puesto uno por arriba y el otro por debajo, y es una posición relativamente cómoda.
Ahora cambie! Y el que está arriba póngalo abajo y viceversa.
Se siente raro verdad?
Otros ejemplos serían: cruzar la pierna contraria, cepillarse los dientes con la otra mano, tomarse el jugo del almuerzo con la mano contraria, patear el balón con la otra pierna entre otros.
Nuestro cerebro siempre manda la orden hacia el mismo lado hasta que se vuelva un movimiento automático. Esto va haciendo que siempre las mismas articulaciones tengan un mayor desgaste, una mayor carga interna articular, una mayor tensión ligamentosa y una hiperactividad muscular de la zona, generando con el tiempo patologías inflamatorias y en muchos casos degenerativas.
Por esta razón debemos tratar de hacer consciente todos nuestros movimientos inconscientes, para hacerlos de manera voluntaria para el lado contrario.
Al comienzo esto suena un poco raro y hasta complicado, pero al realizarlo es hasta divertido, ver la poca agilidad o como perdemos la destreza al cambiar un pequeño eslabón de nuestros movimientos.