Durante el día realizamos diferentes actividades como caminar, escribir, trabajar y conducir de manera automática, pero pocas veces nos detenemos a pensar en la importancia de ejecutar esos movimientos de manera correcta.
Solo hasta el momento que nuestro cuerpo se “revela” y aparecen dolores cervicales, lumbares, dorsales o en alguna articulación; le damos la relevancia del caso, entendemos el uso y el abuso que le hemos dado a cada una de las estructuras de nuestro cuerpo y finalmente comprendemos la importancia de ejecutar correctamente nuestros movimientos.
La columna, que funciona adecuadamente, no debería producir dolor.
Por tanto, cualquier trastorno estático o dinámico de la función raquídea, o de los tejidos adyacentes a la columna, pueden desencadenar la molestia.
Una buena alineación corporal es necesaria para una correcta funcionalidad de la columna, y por tanto para la prevención de posibles patologías; sin embargo, no todo dolor de espalda, se debe a la columna vertebral; lesiones en piernas o brazos, también nos pueden llevar a un dolor en la espalda, fácilmente confundido y mal diagnosticado.
Mantener posiciones erradas, muy rígidas o muy sueltas, que pareciendo más cómodas, van modificando o viciando la biomecánica postural correcta, pueden causar dolor en diferentes partes de nuestro cuerpo.
En consecuencia, los músculos de la espalda podrían contraerse o producir espasmos que vuelven rígida la columna, en este momento se debe procurar romper el círculo vicioso de “no me muevo porque me duele y me duele porque no me muevo”.
Así como damos alimentos y agua a nuestro cuerpo para mantenernos vitales y llevamos el auto a la revisión de los 10000km y 20000km; nuestro cuerpo quien es el que nos transporta durante todo el día, también necesita mantenimiento, dando un enfoque preventivo a los músculos y articulaciones.
Por lo tanto, involucrar durante nuestras rutinas hábitos de estiramiento y ejercicio, es vital!!