Los pacientes que han sobrevivido a un accidente cerebrovascular, conocidos como un “derrame” o una” trombosis”, requieren atención interdisciplinaria dentro de un programa de rehabilitación, ya que de esto dependerá en gran manera la cantidad de secuelas en el paciente.
En el momento del evento se pueden generar unos síntomas como pérdida del habla y del movimiento, que en algunos casos se revierten solos, pero en los casos más severos las consecuencias de un ACV pueden llegar a ser permanentes y grandemente discapacitantes.
Las secuelas pueden ir desde un leve trastorno de equilibrio o movilidad, hasta una perdida de su movilidad y estado de consciencia.
Éstas varían dependiendo del grado del daño causado por la falta de oxigenación al cerebro, la extensión del sangrado, la edad del paciente, el grado de educación, el acompañamiento y compromiso de su familia en la rehabilitación entre otros factores.
Dependiendo de las condiciones del paciente, se debe realizar una evaluación y tratamiento de:
- Sus funciones motoras como el movimiento de sus brazos, piernas, tronco, sinergia en el movimiento, coordinación, equilibrio, el habla.
- Sus funciones sensitivas, en qué partes siente más, en qué áreas siente menos, y si hay segmentos donde no siente, si siente donde están ubicadas las diferentes partes de su cuerpo y es capaz de nombrarlas y reconocerlas.
- Su área psicológica: está atravesando por un proceso de duelo y requiere apoyo y tratamiento.
- Su área emocional: quien lo acompaña, si está casado, soltero, tiene hijos, tiene apoyo terapéutico, apoyo espiritual.
El trabajo de un equipo multidisciplinario es de vital importancia para el manejo de la secuelas de un ACV, quiero recalcar que la rehabilitación nunca termina, y no necesariamente porque no se vaya a recuperar completamente, sino porque todos debemos hacerle un “mantenimiento” regular a nuestro cuerpo, con discapacidad o sin discapacidad.
Pero si tu y yo yo tenemos una lesión con mayor razón debemos procurar mantener el cuerpo en condiciones óptimas para la movilidad y la recuperación.
Este equipo debe estar conformado por médicos, neurólogo, fisioterapeuta, fonoaudiólogo, terapeuta ocupacional, auxiliares de enfermería, psicólogo, psiquiatra, nutricionista, y de ahí dependiendo de las lesiones que presente podrá requerir otros profesionales como ortopedistas, vasculares, gastroenterólogos, oftalmólogos, cirujanos generales, neuropsicólogos, otorrinolaringólogos, odontólogos, cirujanos maxilofaciales, entre muchos otros.
El tratamiento debe ser enfocado a conseguir la mayor independencia del paciente, en miras a que le permita retomar sus actividades cotidianas y de la vida diaria con la suficiente Independencia, para lo cual es de vital necesidad contar con todas las personas cercanas al paciente, familiares, amigos para ir generando la reinserción paulatina en su ámbito familiar, laboral y social de la manera más cómoda, prudente y cercana posible.
¡Lo más importante es que nunca desistas, siempre puedes avanzar en tu rehabilitación!
Muy interesante el artículo.Soy una paciente de 52 años que sufrio una ruptura de aneurisma hace 8 años y desde entonces estoy luchando contra la mayor de mis secuelas: el no poder csminar.he en estos momentos camino con ayuda de un bastón pero mi principal problema es el temor de estar en lugares abiertos aun con el baston mi miedo es tal que me paraliizo es algo que no logro controlar no se si es solo miedo o es algo fisico esto me hace sentir muy mal tanto que en ocasiones prefiero quedarme en casa en dondepuedo estar hasta sin baston..Quisiera tantopoder dejar todo esto atras y volver a tener mi vida de antes aunque pienso que ha pasado mucho tiempo y mi recuperaciom ya es imposible….