A diario muchos pacientes son remitidos a fisioterapia por distintas especialidades médicas como ortopedia, neurología, fisiatría, cardiología entre muchas otras y son muchos los campos de acción de esta profesión, pero desafortunadamente, se tiene el concepto errado que se trata de asistir a recibir un tratamiento de unas pocas sesiones y luego se vuelve a la rutina normal cuando realmente es un poco más complejo.
La fisioterapia no se trata de ir una hora al consultorio dos o tres veces a la semana a «recibir» un tratamiento.
En la fisioterapia es fundamental la participación activa del paciente, hacer consciencia de los cambios inherentes que se deben realizar en el diario vivir para que sea efectivo el tratamiento y la aplicación de lo aprendido en el día a día del paciente.
La responsabilidad aunque es mutua entre paciente y terapeuta, es mucho mayor del paciente en una relación 80-20. 80 paciente 20 terapeuta.
El fisioterapeuta cumple con capacitarse constantemente y dar la información al paciente de manera óptima, actualizada y personalizada para cada necesidad.
Pero la mayor responsabilidad debe ser del paciente, de aplicar lo aprendido mientras estuvo en la sesión, en su diario vivir, desde el mismo momento en que se sale del consultorio.
De lo contrario habrá sido una terapia improductiva y poco eficaz, donde serán pobres los resultados de los mismos, al punto tal de volver a los síntomas originales o a unos secundarios originados por no tratar eficazmente la patología inicial.
La participación del paciente es fundamental en cualquier tratamiento, pero en Fisioterapia es vital, ya que se afecta uno de los aspectos más importantes en nuestras rutinas diarias: el movimiento.